El arte de empezar 2.0 - reseña crítica

Guy Kawasaki presenta este título con un objetivo muy claro: ayudar a quienes desean convertirse en emprendedores a que esto les resulte muy sencillo.

Esta guía práctica les ayudará a saber qué tener en cuenta para que un proyecto no solo se convierta en realidad sino que, además, sea un gran éxito.

Grandes ideas para empezar cosas 

Es mucho más fácil hacer las cosas bien desde el principio que tener que ir poniendo parches para solucionarlas después. Entonces, ¿cómo empezar una startup?

Según el autor, existe el mito de que las empresas exitosas empiezan con ambiciones grandiosas, es decir, que para alcanzar el éxito los emprendedores deberían plantearse de entrada objetivos gigantes. Pero para Kawasaki, es precisamente lo contrario: las grandes empresas empiezan formulándose preguntas muy sencillas:

1. ¿Y entonces, qué?: la pregunta surge cuando detectamos o predecimos una tendencia, y nos preguntamos acerca de sus consecuencias. ¿Cuál es el futuro de esta tendencia?
2. ¿Verdad que es interesante?: este método está impulsado por la curiosidad intelectual y el descubrimiento casual. Muchas veces, a través de indagar usando la prueba y el error en cosas que llaman nuestra atención, se realizan grandes inventos.
3. ¿Existe una manera mejor de hacerlo?: la frustración con el actual estado de las cosas es un buen impulso para intentar hacer algo mejor.
4. ¿Por qué mi empresa no lo hace?: en este caso, la frustración en el actual puesto de trabajo por creer que no se hace lo suficiente nos lleva a buscar la manera de hacer las cosas a nuestro modo.
5. Es factible, entonces ¿por qué no lo hacemos?: el mercado de los productos innovadores suele ser desconocido, razón por la que la actitud de “no se pierde nada por intentarlo” es una de las principales características de quienes siguen este camino.
6. ¿Dónde está la debilidad del líder del mercado?: existen tres enfermedades que debilitan al líder del mercado: cuando el líder está comprometido con una única forma de hacer negocios, cuando los clientes del líder están insatisfechos y cuando el líder del mercado deja de innovar.

La pregunta “¿Cómo puedo hacer para ganar muchísimo dinero?” no cabe en este listado porque, para el autor, la génesis de las grandes empresas está en el deseo de querer dar respuesta a preguntas sencillas que cambien el mundo, no en el deseo de hacerse rico.

Encuentra tu punto óptimo

Guy Kawasaki establece que si logras responder esas preguntas sencillas, el siguiente paso consiste en encontrar un “punto óptimo” que sea viable en el mercado. Para esto, el autor ayuda a los emprendedores a conseguirlo con un listado de tres factores clave:

1. Experiencia: es la suma total de lo que tú y los demás fundadores pueden hacer. A pesar de que cabe la posibilidad de que todavía no dispongas de un equipo completo, para crear algo e iniciar una startup es necesario poseer unos conocimientos y unas habilidades fundamentales.
2. Oportunidad: hay dos tipos de oportunidades: un mercado existente y un mercado potencial. Cualquiera de los dos es correcto, pero se debe llevar a cabo una estimación de cuál será el tamaño real del mercado en unos años.
3. Pasión: este factor es complicado, puesto que no está claro si la pasión es la que genera el éxito o si es el éxito el que genera la pasión. Así y todo, alcanzar el éxito puede llevar mucho tiempo, por lo que es mucho mejor que no aborrezcas aquello a lo que te dedicas.

Kawasaki advierte que no debes preocuparte por contar estrictamente con los tres factores al principio. Si dispones de al menos dos de ellos, lograrás desarrollar el tercero si te esfuerzas por conseguirlo.

Encuentra compañeros del alma

Las empresas de éxito suelen empezar y desarrollarse con el trabajo de al menos dos amigos del alma. Después, es usual que la gente reconozca a uno de los fundadores como la persona innovadora, pero para que una nueva iniciativa funcione, hace falta un equipo.

Es lógico e incluso positivo que los compañeros cofundadores tengan tanto similitudes como diferencias.

Sobre esto, el autor establece que las principales similitudes deseables son:

• Visión: significa que los fundadores comparten una intuición similar en cuanto a cómo evolucionarán tanto la startup como el mercado.
• Tamaño: no todo el mundo desea construir un imperio. Las expectativas buenas o malas no existen, solo existen aquellas que coinciden o no coinciden. Puede resultar difícil que los fundadores sepan de entrada qué quieren, pero siempre es mejor que hablen el mismo idioma.
• Compromiso: los fundadores deberían compartir un nivel similar de compromiso. Conseguir que una startup funcione si sus fundadores tienen prioridades distintas es complicado.

Por otro lado, las diferencias deseables más importantes son:

• Experiencia: una startup necesita como mínimo una persona para crear el producto y otra para venderlo. Para construir una gran empresa, los fundadores deben complementarse.
• Orientación: hay a quien le encanta perderse en los detalles. A otros les gusta ignorarlos y preocuparse por la visión global. Para alcanzar el éxito, una startup necesita ambos tipos de personalidades.
• Puntos de vista: cuanto más puntos de vista, mejor. Con esto, el autor se refiere a compañeros mayores y más jóvenes, ricos y pobres, hombres y mujeres, ciudad y campo, ingeniería y ventas, técnicos y artísticos, musulmanes y cristianos, heterosexuales y homosexuales.

Finalmente, el autor brinda unos breves consejos sobre los cofundadores:

• No te precipites: los fundadores pueden acabar trabajando juntos durante décadas, así que debes tenerlo en cuenta a la hora de elegir un compañero.
• No incorpores fundadores solo para mejorar la financiación: la razón de incorporar más fundadores es fortalecer la startup y aumentar sus probabilidades de éxito. Antes de sumar a otra persona, pregúntate si lo harías si no necesitaras financiación; si la respuesta es no, no lo hagas.
• Supón lo mejor pero planifica para lo peor: los equipos de fundadores se separan constantemente. Por prevención, haz que muchas personas adquieran los derechos de venta sobre las acciones del emprendimiento para impedir que la gente que se marche antes de tiempo posea grandes cantidades de acciones.

Crea algo con sentido

Después de tener tus respuestas a las preguntas sencillas, y de encontrar tu punto óptimo y tus compañeros del alma, debes hacerte una pregunta más: ¿Tiene sentido tu startup?

El autor explica que para que una startup tenga sentido, debe ayudar a convertir el mundo en un lugar mejor. Y, si creas algo con sentido, seguramente también crearás dinero.

Kawasaki presenta varios elementos que debes incluir en tu proyecto para poder encontrar, desarrollar y comunicar el sentido de tu emprendimiento.

Crea un mantra

El primer paso consiste en crear un mantra de tres o cuatro palabras que sirva para explicar el sentido que tu startup pretende tener.

Las tres características más importantes que debería tener un mantra son:

1. Brevedad: los mantras son cortos, atractivos y recordables. Las declaraciones de objetivos de las empresas, lo que se conoce como “misión”, son largas, aburridas y olvidables. Es importante que cada miembro del emprendimiento, sin importar el lugar que ocupe, conozca el mantra.
2. Positividad: los mantras son inspiradores y explican qué cosas hace una startup para convertir el mundo en un lugar mejor.
3. Enfoque externo: los mantras expresan lo que la empresa hace para los clientes y la sociedad. No son ni egoístas ni interesados, porque a los clientes no les interesa que te vuelvas rico, pero les agrada sentir que son parte.

Elige un modelo de negocio

El autor aporta una lista de algunos modelos de negocio para que el lector pueda conocer distintos formatos y elegir la mejor opción para su emprendimiento. Estos modelos son:

• Solución individualizada: consiste en realizar una inmersión profunda en los problemas de los clientes y hacer todo lo necesario para que sean felices.
• Líder de mercado: un líder de mercado es el que crea los productos más innovadores y atractivos. Esta posición permite a la startup cobrar un recargo por sus productos, pero debe trabajar brutalmente duro para alcanzar y luego mantener esta posición.
• Componente valioso: las startups de este tipo no venden sus productos directamente al consumidor, sino que sus artículos son componentes muy valiosos de los dispositivos que los incorporan.
• Freemium: consiste en dar servicios de manera gratuita hasta cierto punto pero, cuando los clientes quieren más características, más capacidad o eliminar la publicidad, tienen que pagar.
• Eyeballs: el modelo de negocio eyeballs consiste en ofrecer una plataforma para crear o compartir contenido que atraiga visitas. La idea es que a determinadas empresas les gustaría poder aumentar su número de visitas, y para ello se les vende publicidad y patrocinios en la plataforma.
• Artesano: es el tipo de startup que pone prioridad en la calidad y la artesanía. Nunca se hará muy grande, pero es la mejor de su sector.

Kawasaki nos dice que el modelo de negocio puede variar constantemente y que, de hecho, no cambiar de modelo de negocio o no hacer variaciones importantes según como se vaya desarrollando nuestro emprendimiento podría ser un problema.

El autor brinda una serie de consejos adicionales a tener en cuenta a lo largo del proceso:

• Al principio, ponte como objetivo un nicho de mercado específico: cuanto más concreta sea la descripción de tu cliente, mejor. Las empresas de mayor éxito empezaron con el objetivo de alcanzar como máximo un par de mercados y luego adquirieron un tamaño mayor a medida que fueron abordando unos nuevos.
• Copia a los demás: podemos innovar en tecnología, marketing y distribución, pero tratar de inventar un nuevo modelo de negocio es una apuesta perdedora. Intenta relacionar tu modelo de negocio con algo que ya tenga éxito y todo el mundo entienda. Piensa que tendrás muchas otras cosas con las que lidiar.
• Sé expansivo: lo que los clientes esperan de las startups es descubrir productos innovadores y frescos, no más de lo mismo.

Nunca nadie creó un emprendimiento exitoso pensando simplemente cómo hacerse millonario ni planificando convertirse en una megaempresa. Kawasaki nos recuerda que no se trata de empezar a lo grande, sino de acabar siendo grande. Por eso, debes animarte a emprender sin tener miedo a cometer errores, pues estos son los que te harán crecer.

El autor invita a los emprendedores a que piensen su startup no solo como un negocio sino como una manera de hacer del mundo un lugar mejor y devolver algo a la sociedad.

Los grandes empresarios son conscientes de que son personas muy afortunadas y que su privilegio va acompañado de la obligación de devolverle la deuda a la sociedad. Todos le debemos algo a la sociedad, por ello, cuando le devolvemos la deuda que tenemos contraída, no estamos haciéndole ningún favor.

Notas finales

Los emprendedores nos acercan el futuro cada vez que sueñan con el próximo gran producto que pueda cambiar el mundo. Ten en cuenta los consejos de esta guía práctica para atravesar el camino que te llevará a convertirte en un emprendedor exitoso.

Consejo de 12min

En “¡Hazla en grande!”, de Gary Vaynerchuk, podrás encontrar una gran ayuda para dar los primeros pasos en la expansión de tu negocio hacia las grandes ligas.